Ciencia ficción como crítica social
El género de ciencia ficción ha servido como un vehículo para realizar comentarios sociales. La representación de cuestiones que son difíciles o molestas para una audiencia podían ser más aceptables cuando se exploraban en un escenario futuro o en mundo distinto. El contexto alterado puede permitir un examen más profundo y reflejar las ideas presentadas, con la perspectiva de un observador viendo escenas lejanas.
El tipo de crítica presente en una película de ciencia ficción a menudo ilustra las preocupaciones particulares del periodo en el que se realizaron. Las primeras películas de ciencia ficción expresaban los temores sobre la automatización que sustituía a los trabajadores y la deshumanización de la sociedad a través de la ciencia y la tecnología. Películas posteriores exploraban los miedos de una catástrofe ambiental o desastres producidos por la tecnología y como impactarían en la sociedad y los individuos.
Las películas de monstruos de los años 1950, como Godzilla (1954), servían dobles sobre los miedos de una guerra nuclear, el comunismo y otras visiones de la Guerra Fría. En los años 1970, las películas de ciencia ficción se convirtieron en una forma efectiva de satirizar aspectos sociales, donde Silent Running y Dark Star presentaban a hippies en el espacio como réplica a los tipos militaristas que habían dominado las primeras películas. En La naranja mecánica de Stanley Kubrick, se presentaba una visión horrenda de la cultura joven, retratando a una banda que se dedicaba a la violación y el asesinato, junto con escenas del condicionamiento psicológico forzado como crítica a las respuestas sociales al crimen. En Logan's Run se representaba a una sociedad libertina que practicaba la eutanasia como una forma de control de población y en The Stepford Wives anticipaba una reacción del movimiento de liberación de la mujer.
En Enemy Mine se demostraba que aquellos enemigos que se odiaban podían ser similares entre sí, aunque apareciesen como extraterrestres. Películas como 2001, Jurassic Park, Blade Runner y Tron examinaron los peligros de la tecnología avanzada, mientras que RoboCop, 1984 y Star Wars ilustraron los peligros del control político extremo. Tanto El planeta de los simios como The Stepford Wives criticaban la cultura y política de la sociedad contemporánea.
Las películas de ciencia ficción continúan explorando cuestiones sociales y políticas. Minority Report (2002), se enfocó en cuestiones sobre poder de la policía, privacidad y libertades civiles en un Estados Unidos futuro, tras algunos meses de los ataques terroristas del 11-S. En la distopía de FAQ: Frequently Asked Questions (2004), se mostraba una Europa gobernada por una sociedad matriarcal opresiva que prohibía todo tipo de contacto físico entre hombres y mujeres por motivos de higiene.
Tras los acontecimientos de la Guerra de Iraq, el terrorismo internacional, el miedo de la gripe aviar y las leyes contra la inmigración, han aparecido películas, como V de Vendetta (2006) que se inspiraba en cuestiones controvertidas como la ley Patriot Act y la Guerra contra el terrorismo, mientras que la película Children of Men (2006) comentaba varios temas sociales como la xenofobia, la propaganda y la disonancia cognitiva. Distrito 9 realiza una crítica social sobre el apartheid africano.
La ciencia ficción también se ha usado como herramienta para criticar las creencias religiosas, como en The Man from Earth (2007), donde un hombre lleva viviendo 14.000 años gracias a una imparable capacidad de regeneración celular y puede juzgar las religiones y sus conceptos desde su larga perspectiva.
Cine frente a la literatura
En las novelas y cuentos de ciencia ficción, el mundo narrativo difiere del mundo real o del histórico en al menos un modo significativo. Esta diferencia puede ser tecnológica, física, histórica, sociológica, filosófica, metafísica, pero generalmente no es mágica. La exploración de las consecuencias de tales diferencias es el propósito tradicional de la ciencia ficción. La literatura de ciencia ficción a veces depende del desarrollo de la historia, el conocimiento del lector y la discusión de conceptos abstractos que no son fáciles de transponer en el cine.
Cuando se compara la literatura de ciencia ficción, el cine de ciencia ficción confía menos de la imaginación humana y depende más las escenas de acción y los trasfondos exóticos y criaturas creadas mediante efectos especiales. Desde los años 1970, la audiencia ha llegado a esperar un nivel alto para los efectos especiales en las películas de ciencia ficción. En algunos casos películas clasificadas como ciencia ficción sobreponen un escenario exótico y futurista que de otro manera no sería una historia de ciencia ficción. No obstante, algunas películas de ciencia ficción críticamente aclamadas han seguido el camino de la literatura de la ciencia ficción, utilizando el desarrollo de la historia para explorar conceptos abstractos.
Influencia de los escritores
Julio Verne fue el primer autor de ciencia ficción importante en ser adaptado al cine con Le Voyage dans la Lune (1902) y 20.000 lieues sous les mers (1907) que utilizaban los escenarios de Verne como marco para visuales de fantasía. Cuando la obra de Verne entró en el dominio público, las adaptaciones fueron tratadas como obras de época. Sus trabajos se adaptaron repetidamente desde entonces, como Veinte mil leguas de viaje submarino (1954), De la Tierra a la Luna (1958) y Viaje al centro de la Tierra (1959).
Las obras de H. G. Wells también ha sido adaptadas como The Invisible Man (1933), Things to Come (1936) y The Island of Dr Moreau en varias ocasiones. Su novela La guerra de los mundos fue adaptada en al menos cuatro ocasiones. La máquina del tiempo tuvo dos películas, en 1961 y 2002, mientras que El dormilón era una imitación de la novela The Sleeper Awakes de 1910.
Con la disminución del interés en películas de ciencia ficción en los años 1940, algunos autores de la Edad de Oro de la ciencia ficción fueron llevados al cine. Una novela de John W. Campbell fue la base para The Thing from Another World (1951). Robert A. Heinlein contribuyó con el guion de Destination Moon, aunque ninguna de sus obras principales serían adaptadas hasta la década de 1990: The Puppet Masters en 1994 y Starship Troopers en 1997. La obra de Isaac Asimov influyó en películas como Star Wars y Star Trek, pero no se produjo una película de una obra suya hasta 1988 con Nightfall.
La adaptación de El centinela de Arthur C. Clarke, guionizada por él mismo y más tarde novelada como 2001: A Space Odyssey ganó un Óscar a los mejores efectos visuales y ofreció una complejidad que no estaba asociada con el género de ciencia ficción en ese momento. Su secuela, 2010: The Year We Make Contact, aunque fue un éxito comercial, no ganó la admiración de la crítica. Dos obras de Ray Bradbury se adaptaron en los años 1960: Fahrenheit 451 y The Illustrated Man.
La obra de Philip K. Dick ha sido utilizada en varias películas, como Blade Runner (1982), Total Recall (1990), Minority Report (2002), Paycheck (2003) y A Scanner Darkly (2006). A menudo, las películas son adaptaciones libres de la novela original, aunque A Scanner Darkly se aproxima a la historia de Dick.
Muy buenas Jesús,
ResponderEliminarLe felicito por el aporte. Un texto muy completo, síntesis de algunos documentos encontrados en la web. Podría poner vínculos (enlaces) a esas web para ampliar. El tema se presta para poner más elementos gráficos como imágenes.Muy buenas etiquetas, corresponden a las ideas claves del texto.
Saludos,
Iván